En este encargo para nuestro estudio de arquitectura Bioclimática y Sostenible el desafío era acomodarse a la fuerte pendiente de la parcela y conseguir una imagen moderna pese a las restricciones de la normativa local. Los clientes tenían muy claro que querían una casa muy confortable y volcada al sur, con la mayor luminosidad posible.
Con ese punto de partida teníamos claro que el éxito del proyecto dependía de cómo se resolviera su sección vertical y propusimos un esquema con la zona de salón en la planta baja, conectada por un amplio porche al soleado jardín. Para que la planta superior fuese también luminosa la cubierta se prolonga en un gran lucernario, protegido por el gran alero del sobrecalentamiento.
El diseño es absolutamente bioclimático, cerrándose al norte y abriéndose al máximo al sur, pero controlando el exceso de soleamiento con medidas pasivas. El excelente grado de aislamiento reduce al mínimo el consumo energético para calefacción y resulta innecesaria la refrigeración. La parte de cubierta plana permite la instalación de paneles solares con facilidad, para llegar así al consumo energético nulo en un futuro próximo.
De esta forma la casa presenta una imagen discreta y muy integrada con el entorno cuando se accede desde el norte y otra mucho más dinámica y privada hacia el sur. El garaje completa el volumen hacia el oeste.
Para lograr una imagen limpia, gran aislamiento térmico y bajo mantenimiento se optó por una fachada ventilada con paneles de alta densidad, mimando su despiece para que las líneas jugaran con la excelente carpintería de aluminio, que también se cuidó especialmente, combinando distintas soluciones innovadoras: grandes correderas y plegadizas que permiten abrir la planta baja al jardín casi por completo y triple vidrio con manillas ocultas para los dormitorios para mayor aislamiento.
En la casa se combina el blanco mate con diferentes tonos de grises en casi todos los materiales y acabados. El garaje tiene una presencia más discreta y se retranquea para conseguir un gran alero que proteja el acceso, que inevitablemente se debe hacer por la esquina noroeste.
Un elemento que se ha diseñado con especial detalle ha sido la escalera, buscando la mayor ligereza, aprovechando la posibilidad de anclarla al muro de hormigón visto y colgar los peldaños del forjado con perfiles de la mínima sección. Una línea de luz LED resalta el efecto de arpa y su livianidad.
En el interior se mantiene la estética sobria y la gama de grises con toques de calidez gracias a la presencia de madera y sobre todo a la cuidada iluminación. El propio cliente realizó casi todo el interiorismo, con un cuidado exquisito, logrando ambientes muy acogedores.
Creemos que el resultado final nos ha dejado igual de satisfechos tanto a los clientes como a arquitectos y contratistas, gracias en gran medida a la claridad de ideas, el esfuerzo y la confianza depositada por la propiedad.
