Ubicada en el idílico entorno de Mioño, en nuestro estudio de arquitectura bioclimática y sostenible en Santander hemos llevado a cabo un proyecto residencial que armoniza la arquitectura bioclimática con la sostenibilidad, dando forma a una vivienda prácticamente pasiva que redefine los estándares de eficiencia energética.
Los muros de carga, construidos con termoarcilla y revestidos exteriormente con SATE, constituyen una barrera térmica impenetrable, mientras que la estructura de madera en forjado y cubierta otorga calidez y respeto al entorno. El diseño cuidadoso de la residencia no solo busca la estética, sino también la eficiencia ambiental.
La zona de estar, elevada para aprovechar las impresionantes vistas circundantes, se convierte en un rincón de contemplación visual. Una extensa cristalera con vidrio de control solar garantiza una iluminación natural óptima sin comprometer el confort térmico. Para los días más cálidos, el tejado, en el que se han utilizado unas tejas planas especiales, y los muros laterales proporcionan sombra, creando un ambiente fresco y agradable. Un altillo funcional añade versatilidad al espacio, destinándose como área de teletrabajo.
En términos de eficiencia energética, la residencia de Mioño establece un nuevo estándar. La implementación de aerotermia y suelo radiante para calefacción y refrigeración, junto con un sistema de ventilación controlada que recupera energía, ofrece un equilibrio perfecto de temperatura durante todo el año. En verano, un sistema de apoyo de frío garantiza un ambiente fresco y confortable para días puntualmente muy calurosos, ese frío se mezcla con el caudal de ventilación para evitar contrastes excesivos y corrientes molestas.
La sostenibilidad se manifiesta plenamente a través de la generación de energía solar. Paneles solares estratégicamente ubicados en el fondo del jardín no solo abastecen de electricidad a la residencia, sino que generan un excedente que alimenta la red, convirtiendo la vivienda en un generador neto de energía muchos días del año.
En resumen, la residencia de Mioño no solo es un hogar; es un testimonio vivo de cómo la arquitectura bioclimática y sostenible pueden fusionarse para crear espacios habitables que respetan el medio ambiente, ofreciendo al mismo tiempo un estilo de vida vanguardista, confortable y energéticamente eficiente.